Desorden Público cumple 40 años: historia viva del ska latino

Han pasado varios días desde mi encuentro con Horacio Blanco, vocalista de Desorden Público, gestionado por el portal digital Rockombia, donde hablamos sobre su visita a Bogotá, su retrospectiva musical, la gira mundial que actualmente realiza la banda y, lo más destacado, el reconocimiento a cuatro décadas de resistencia que los convierte en uno de los referentes más significativos del ska latinoamericano.

Hoy, 5 de julio de 2025, a las 6:30 p.m., me preparo para asistir a su concierto en el teatro Astor Plaza, ubicado en la localidad de Chapinero, en Bogotá.

Pero antes, y para dar mayor énfasis a esos 40 años de carrera musical —como lo enuncié aquel día durante la entrevista—, “cuando los hermanos Muguruza fundaban Kortatu en Europa, acá en Latinoamérica, Horacio Blanco, José Luis «Caplís» Chacín, Danel «Dan-Lee» Sarmiento y Oscar «Oscarello el Magnífico» Alcaíno fundaban Desorden Público en Caracas, Venezuela”.

A pocas cuadras del teatro, tuve un encuentro con mi colega Felipe López, más conocido como Cusma Tigre, un melómano romántico de las diferentes vertientes del punk, el Oi!, los sonidos radicales y el ska mundial. Cabe destacar que Cusma es uno de los representantes comerciales del icónico local Oi! Distro, quienes realizaron las camisetas para Desorden Público en su gira por Sudamérica, que inicia precisamente en Colombia con este concierto.

En palabras de Cusma: “Desorden Público es una banda formada en el corazón del barrio Paraíso de Caracas, y su primer larga duración, lanzado en 1988 (titulado de forma homónima), es uno de los discos más influyentes del ska latinoamericano, con sonidos que recuerdan a The Specials, Madness, The English Beat y el 2 Tone británico”.

A las 8:00 p.m., las sillas del Astor Plaza se van llenando. Un público adulto y diverso espera con calma el inicio del show. Al frente, un escenario limpio, con una pantalla cinematográfica que titula: “Los 40 de Desorden – Gira Mundial 2025”. Un rótulo imponente que ilumina a media luz las congas, la batería, el teclado, dos guitarras y el bajo, que aguardan solemnemente para ser parte del espectáculo.

Tras el último llamado por el altavoz del teatro, la pantalla cobra vida con una introducción documental. Se escuchan voces venezolanas de archivo, protestando frente al accionar policial, acompañadas de una reseña que relata la crisis del país durante la década de los 80. La pieza culmina con un cartel hecho a mano, fechado el 27 de julio de 1985, que anuncia: “La fiesta de la crisis musical”. Fue allí donde Desorden Público dio su primera presentación. El narrador de la pieza cierra con una frase contundente: “la única banda sobreviviente de su generación”.

Así comienza el concierto, con un grito eufórico que convoca al público a corear:
“¡Dame la fuerza, dame el desorden, a mí me gusta el desorden, un canto popular!”
Es la voz de Horacio Blanco, que aparece con tirantes negros, una camisa hawaiana roja con blanco recogida dentro de unos pantalones grises, botas Dr. Martens y anteojos oscuros.

El sonido metálico del sax barítono y la trompeta retumba con pitos armónicos, melódicos y desesperados en un show que supera lo prometido. El riff rasgado de las guitarras y el viejo “Pick it up!” inquietan tanto el cuerpo como la conciencia del público. Los cuadros vivos y las coreografías sobre el escenario se entrelazan con los vientos, las baterías y las percusiones, configurando un espectáculo digno de 40 años de carrera.

Un sonido propio, que protesta contra los regímenes de control. El desorden se convierte en ritmo colectivo, cantado por un público que conoce cada palabra.
“El poder emborracha.”

En un pequeño interludio, Caplís sostiene el bajo mientras saluda emotivamente al público, reconociendo las influencias primigenias que, fusionadas con las percusiones de Oscarello, dieron vida al sonido original de la banda:

“¡El Pachacao!: güiro, Chacao, ritmo de guitarras, bajo y batería. ¡40 años y Desorden todavía tiene salto!”, exclama Oscarello.

Durante el concierto, interpretan canciones de lo que fue el primer álbum de ska grabado en Venezuela —según palabras del propio Horacio Blanco en el escenario—. Él y Danel cantan a dúo “Skápate”, acompañados por un coro de mil personas en un auditorio totalmente lleno.

A medida que el calor va en aumento, la banda recuerda su paso por la Universidad Central de Caracas, con el tumbao de “Simón Guacamayo” en el Jardín Botánico, y la irreverencia de “La danza de los esqueletos”, al ritmo de Las estrellas del caos y el Hardcore Mambo.

Después de dos horas ininterrumpidas de show, Horacio Blanco hace un llamado a la comunión de la diáspora venezolana, con un mensaje que evoca la unidad latinoamericana y la hermandad entre Venezuela y Colombia.

A las 10:30 p.m., el canto de cumpleaños a los 40 años de resistencia de Desorden Público da paso al cierre, con la consigna combativa que retumba una vez más:

“¡El desorden está en las calles!”

Una afirmación final que nos recuerda que esto es ska, y al que no le gusta… se va.

Crónica por

Rafael Antonio Rodríguez Piedrahita
Maestro en Artes Visuales
Magíster en Artes Plásticas
IG: @sademorgana