Reseña: Colombia Metal Fest 2024

En una de las que ha sido una de las semanas más rockeras y metaleras en la historia del país, el Colombia Metal Fest apostó por los géneros más extremos para ofrecer la opción más pesada al público capitalino, y no decepcionó.

El festival abrió con presentaciones de dos bandas que ya son instituciones del Death Metal en Colombia: Underthreat y Masacre; sin embargo, no puedo evitar pensar en que este cliché de poner las bandas nacionales a abrir, sin importar su trayectoria, ya está muy trillado, y que cualquiera de estas bandas, dadas sus carreras que rodean los 30 años ya, pudieron lidiarse hombro a hombro con las internacionales de tarde en la noche.

Le siguieron los españoles de Crisix con un Thrash clásico cargado de riffs enérgicos para bajar el almuerzo (sí, el festival ofreció varias opciones de comida para todos los gustos y bolsillos). Luego fue el turno de Incantation desde EE.UU., quienes llenaron el vacío que había dejado Belphegor, quienes no pudieron asistir al aquelarre criollo por problemas con su visado.

Samael sube a tarima a las 4:10pm, y hasta el momento la agenda se cumplía a cabalidad. Los suizos descargaron su maquinaria sonora que fue desde el Black Metal hasta el Industrial; con un formato electrónico que no contaba con batería acústica, rompiendo el esquema del formato estándar del live act metalero, y desplegando un show realmente increíble. Acto seguido, suben los Chelsea Grin, un cuarteto de Salt Lake (Utah) con un sonido Deathcore y unas guturales profundas y desgarradas que retumbaron sin duda las vísceras de los asistentes, quienes ascendían en número rápidamente ya pasadas las 5 de la tarde.

De repente la atmósfera cambia, los vientos del norte empezaron a soplar helados porque ya era hora que subiera Enslaved (mientras afuera del recinto se desgajaba el aguacero). La banda noruega dio uno de los mejores repertorios de la jornada, una experiencia sonora que recorría el Black Metal mezclado con sonidos folk, viking, y hasta progresivos. Su nivel técnico y de interpretación fueron un manjar para los oídos. Acto seguido, los Katatonia se toman la tarima con una vibra oscura, más lenta y más melancólica, que atrajo muchos fans de la banda que coreaban tema tras tema la atmósfera Doom metalera de los suecos.

Sobre las 9:15 de la noche, Watain debía subir a tarima, pero lo que parecía un sinfín de problemas técnicos retrasó su presentación (y con ellos, la agenda del festival); la producción corría aterrorizada de lado a lado y con toda la razón, porque lo que traía Watain, era de horror (del bueno). Los suecos lejos de ser una banda “family friendly”, por fin suben a escenario; su vocalista antorcha en mano da inicio al show más blasfemo de la noche. Luego arrojó la antorcha al público, y gracias al héroe asistente de la primera fila que la cogió por el mango sin quemarse, el festival no terminó en desastres. Incesante Black Metal del más crudo latigó al festival, y de qué manera. El show incluyó además una mesa de rituales (que un compañero periodista en el foso sugirió jocosamente que era
una mesa de bolirrana), y obviamente, salpicaron sangre a primera fila desde una vasija del rito. Un verdadero show del Black Metal de antaño.

Para sumar a la úlcera que le estaba dando al stage manager, la banda Cattle Decapitation tomó muchísimo tiempo para subirse, retrasando aún más la agenda del evento, lo que ocasionó que al final de su presentación, su tiempo fuera recortado (a Watain no le recortaron, porque probablemente nadie se animó a parársele al frente a darle malas noticias al quinteto cubierto en corpse paint, sangre y clavos). Pero, en fin; pese al repertorio más corto, la banda Deathgrind demolió la tarima en su mejor esfuerzo, con una muestra de técnica y velocidad rítmica bastante interesante.

Ya pasada la noche suben los noruegos de Satyricon, probando por qué eran la banda headliner del festival. Y es que fueron sin duda, la mejor de toda la jornada. Su profesionalismo, su puesta en escena y su nivel de interpretación fueron magníficos. Es de esas bandas que uno coloquialmente dice “sonaron como si hubieran puesto el CD”, lo cuál también se le debe atribuir a una excelente ingeniería de sonido (lujo del que no todas las bandas gozaron). Un sonido brutal, compacto y bien interpretado deleitó a todo el mundo, recorriendo su discografía desde “Dark Medieval Times“ (1993) hasta lo más reciente “Deep Calleth Upon Deep”. Obvio dejaron de lo mejor para lo último, siendo los últimos temas “Fuel For Hatred”, su emblemática “Mother North”, y su hit más reproducido en plataformas digitales “K.I.N.G.”. Los encargados de cerrar fueron Unleashed; quienes desde Suecia trajeron de vuelta los días gloriosos del Death Metal de vieja escuela.

El Colombia Metal Festival sienta un nuevo precedente en cuando a festivales de Metal Extremo se refiere; con un cartel robusto y una planeación bastante decente, con cambios de horarios menores y algunos retrasos, pero ahí va el mejor festival de Metal extremo de este año.

Por Frost @jcfrostph