Reseña de Amon Amarth en Colombia

AMON AMARTH
SOULBURNER
Bogotá, Teatro Metropol
Jueves 14 de mayo del 2009

SANGRE, SUDOR Y CERVEZA
Como empezaba a gustarme esta rutina de un concierto internacional a cargo de una leyenda del rock o alguna banda insigne de los tiempos actuales cada ocho días en la ciudad. Sin embargo considero que muy pocos bolsillos hubiesen podido continuar invirtiendo en eventos de este tipo en un lapso tan corto de tiempo. Si por un lado tuvimos a nombres ilustres de visita como lo fueron Iron Maiden, Kiss, Motörhead y Heaven and Hell por otra parte fuimos testigos de sensacionales actuaciones en recintos de menor escala pero mejor sonido como las de As I Lay Dying, Opeth y Arch Enemy. Un primer semestre inolvidable que se cerraba con el cartel en la puerta de Amon Amarth, garantía total de fiesta y metal puro en el interior del bien ponderado Teatro Metropol.



La calle 24 como viene siendo costumbre en las ultimas semanas se vio engalanada por la presencia de largas cabelleras, camisetas negras y el entusiasmo colectivo propio de esta clase de citas con los ídolos del sonido extremo. Una vez instalados dentro del recinto los capitalinos Soulburner nos dieron la bienvenida con su cruenta y aplastante música. Death metal sin concesiones que va directo a los huesos, de la mano de una banda acoplada y que demostró buena interacción con los presentes. La producción del evento en un acierto decidió presentar una sola agrupación y darles el suficiente tiempo para exponer su talento en lugar de convidar a tres o mas actos nacionales para suministrarles tan solo 10 minutos de participación. Por demás, Soulburner contó con un sonido correcto y supo imprimir poder desde la primera canción que ejecutaron subiendo la temperatura ambiente, algo de lo que muy seguramente quedará registro en su venidero DVD.



A las ocho de la noche (la hora perfecta para el inicio de estos espectáculos en días hábiles) el negro telón de fondo cayó enseñándonos la fantástica portada del álbum “Twilight of the Thunder God” bajo una tenebrosa introducción auditiva. Sin contemplaciones los cinco vikingos tomaron sus lugares y comenzaron la carnicería con la composición que da nombre a su más reciente y laureada obra discográfica. Las luces se encendieron por unos segundos para que la horda nórdica contemplara el espectacular marco del excitado auditorio capitalino arriba de las mil personas. Con “Free Will Sacrifice”, segundo track del disco que los hacía llegar a estas tierras, degustamos lo que es la exquisita mezcla de brutalidad y melodía con un sonido de la producción digno de destacar.

Amon Amarth gozan de una popularidad enorme en casi todo el globo, sus ultimas producciones son infalibles y al llevarlas al escenario sus shows se trasforman en un campo de batalla; tal vez por aquel carisma los endemoniados Slayer no dudaron en llevarlos de gira por toda Norteamérica recientemente. “Asator” con la etílica garganta de Johan Hegg a tope de sus facultades sacudió las paredes recordándonos como el death metal autentico no es solo un asunto de velocidad sino también de elaborada técnica. Con su imponente humanidad de dos metros comandando a la tropa, Hegg preguntó a la audiencia si alguna vez habían sentido que el mundo estaba en su contra; el poder de los gruesos riffs contenidos en “Versus The World” despejó tal interrogante con empujones, puños al aire, saltos por doquier y abundante sudoración entre los dichosos presentes.



Con el grupo retumbando, los coros herederos de la pasión futbolera no tardaron en aparecer ante el beneplácito de los rubios músicos. A continuación “Varyags Of Miklagaard” (¡que solo de guitarra tan soberbio!) y “Guardians of Asgaard” fueron otra brutal dosis extraída del disco “Twilight of the Thunder God”, más que una referencia musical, toda una epopeya nórdica narrada en diez composiciones al mejor ritmo de un metal bañado en las turbulentas aguas del death y la grandilocuencia atmosférica del power. Hegg -acreedor de un acento sorprendentemente claro tanto en ingles como en las pocas pero sinceras palabras que manifestó en español- advirtió que era momento de regresar en el tiempo unos cuantos álbumes. “Bleed for Ancient Gods” del ya lejano trabajo “The Avenger” encantó y comprobó que por más pulidos que traten de sonar en el estudio de grabación, el real deleite con estos tipos es en vivo y en directo.

Era evidente como buena parte de los asistentes se engancharon a las huestes vikingas con sus últimas producciones, las canciones contenidas en ellas gozaban de mayor algarabía y cánticos. Ejemplo de lo anterior “Live For The Kill”, que puso a más de uno en el mismísimo Valhalla y donde gracias a una interpretación sin amputaciones apreciamos los fantásticos chelos que aportó Apocalyptica a la grabación original. Bajo unas luces verde-azul los hijos de Odín continuaron su ataque con “Fate of Norns”, tema que dio nombre a ese impresionante álbum y que fue seguida por “Masters Of War” incluida en el álbum “The Crusher”. Posteriormente emergió una atronadora “Ride For Vengeance” desde el disco que vio nacer a este ejercito de normandos “Once Sent From the Golden Hall”, sumada a “Where Silent Gods Stand Guard” perteneciente al furioso “Versus The World”. Sencillamente un abrumador repaso a su flamante carrera que de paso me incitó a buscar el casco de cuernos, untarme la pintura de guerra y hacerle pasar un mal rato al cura de la parroquia de mi barrio.



Mención de honor para los guitarristas Olavi Mikkonen y Johan Söderberg que conforman un tándem implacable por donde se precie y que si bien permanecen en un segundo plano en cuanto a puesta en escena se refiere, brillan por la conjunción de ferocidad y armonía que entregan al rasgar sus cuerdas. “Runes To My Memory” es una oda a regar la sangre en combate y “Death In Fire” a morir con orgullo a fin de estar en comunión con los dioses. Algo muy similar a la gloria alcanzada por sus antepasados en tan salvajes guerras le debe resultar a Amon Amarth desplegar estos himnos ante semejante frenetismo por parte de sus seguidores. Empuñando botellas de cerveza nacional (Johan Hegg posee una oronda barriga señal de su aprecio por el dorado liquido) todos los miembros brindaron por este sensacional show y para sellar la ultima batalla de tan violenta incursión sonora por territorio suramericano “Valhall Awaits Me” junto a “Victorious March” fueron la estocada que muchos esperaban.



La temperatura dentro del Teatro Metropol distaba en varios grados de la que debía dominar en las gélidas calles bogotanas al momento que las manecillas de nuestro reloj apuntaban para las diez de la noche. El auditorio pedía a todo pulmón el retorno de los venidos desde Midgard, una nueva introducción sonora sobrevino respondiendo a la noble petición. La avalancha heroica de “Cry of the Black Birds” fue un nuevo chance de ver sacudirse las blondas melenas de los protagonistas. El descamisado bajista Ted Lundström nunca se cansó de recorrer todo el escenario con ahínco y gracia, incluso varias veces montándose junto a la enorme batería del Fredrik Andersson; este ultimo una autentica maquina de baquetear death metal. “The Pursuit of Vikings” cerró con el listón en alto una actuación de diez puntos. No hubo necesidad de ver blandir espadas y levantar descomunales hachas para creerles su legado, auspiciados por la ira del dios Thor, fuimos conducidos por el quinteto vikingo a uno de los más bárbaros y épicos conciertos. ¡Hasta la victoria!

Por: Alejandro Bonilla Carvajal
Fotos Cortesía: Diana Urdaneta